Los AZÚCARes que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa. ésta se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar las células de diferentes tipos de tejido proporcionando la energía que necesitan para funcionar.
El ejemplo más claro de este proceso es el del tejido muscular, que necesita de esta energía para realizar el esfuerzo que le exige cada movimiento.
Al producirse con la digestión de los alimentos, los niveles de glucosa en sangre, a los que clínicamente se denomina glucemia, varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre.
Por la mañana, en ayunas son más bajos y se elevan después de cada comida (glucemia postpandrial) y vuelven a descender dos horas después.
Lo recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno y se considera normal si los niveles de glucosa que se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida.
Cuando el metabolismo de la insulina no funciona correctamente, las células de los tejidos dejan de asimilar correctamente la glucosa y ésta se acumula en la sangre.
La voz de alarma debe saltar cuando los niveles de glucosa en sangre estando en ayunas se sitúan entre 100 y 125 mg/dl y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl.
Estas cifras determinan lo que se conoce como un estado prediabético, en el que la diabetes mellitus o de tipo 2 todavía no se ha instaurado pero que supone la antesala de la enfermedad.
En estos casos, los cambios de hábitos de vida (perder algo de peso, una alimentación equilibrada y la práctica diaria de ejercicio) pueden ser suficientes para controlar la situación y retrasar e incluso impedir el desarrollo de la diabetes.
Se habla de diabetes cuando la glucemia se sitúa por encima de 126 mg/dl en ayunas y de 200 mg/dl dos horas después de las comidas.
Por encima de estas cifras, si se no se recibe el tratamiento adecuado, puede producirse en cualquier momento lo que se denomina un coma diabético.
La planta Maximowiczia sonorae S. Wats., durante varios siglos se ha estado usando como medicamento por las etnias mexicanas. En la actualidad se le da un uso muy acertado como hipoglicemiante para el tratamiento de la diabetes y es sumamente efectivo.
Tiene potentes propiedades antisépticas, cicatrizantes, antidiabéticas y antirreumáticas.
(Fuente: https://sipse.com/milenio/plantaccion-victor-hugo-lizama-wereke-remedios-tradicionales-204063.html)
PEYOTE ANDINO (Matucana medisoniorum)
ACEITE DE HEMP
ACEITE DE SAN FRANCISCO
ACEITE DEL áRBOL DEL Té
ACEITE DE NEEM
ACEITE DE BAOBAB
ACEITE DE CASTOR
ACEITE DE GAULTERIA
MANTECA DE KARITé
CREATINA
PROTEíNA DE SUERO DE LECHE
PROTEíNA DE SOYA (Glycine max L.)
PROTEíNA DE ALGA ESPIRULINA (Spirulina maxima (Setchll & Gardner) Geitler)
L-CISTEíNA
L-GLUTAMINA
L-METIONINA
L-GLICINA
áCIDO GLUTáMICO
ACEITE DE ALHOLVA
(Trigonella foenum-graecum)
ACEITE DE TREMENTINA DE OCOTE
(Pinus teocote)
HIERBA DEL COYOTE (Euphorbia furcillata)
ACEITE DE ALCANFOR
EXTRACTOS:
DAMIANA DE CALIFORNIA-HOJAS(Tumera diffusa var, aphrodisiaca Willd. ex Schlt.)
GARAñONA-PLANTA (Castilleja tenuiflora Benth.)
DAMIANA DE SAN LUIS-PLANTA (Tumera diffusa Willd. ex Schlt.)
ZARZAPARRILLA DE PUEBLA-RAíZ (Pteridium aquilinum (L.) Kuhn in Kersten (1879)
CARDO CORREDOR-PLANTA (Eryngium campestre, L.)
AGUACATE-HOJA (Persea americana Mill. var. Criollo)
ALFALFA BASTARDA-RAíZ (Medicago sativa, L.)